Tras llegar a Rascafría nos dirijimos al monasterio de El Paular, a escasos 3 kms del pueblo, precioso lugar con un hotel Sheraton, antiguo Parador, donde dejamos aparcado el coche.
Justo enfrente se encuentra bien señalizado el Puente del Perdón, del que parte un camino asfaltado hacia el área recreativa de Las Presillas...
Muertos de hambre, no llegamos si quiera a las Presillas y comimos malamente en un banco en medio del camino unos filetes de lomo y una tortilla francesa que había preparado Vero, con un rico pan de semillas a 4 eurazos que compramos en un mercadillo medieval que encontramos circunstancialmente en Tres Cantos al dejar allí a un cliente que vino de visita desde Gerona.
Eran las 15:45 cuando Vero no puedo más y tuvimos que comer allí, mientras pasaban familias domingueras y nos miraban extrañados, ya que a escasos 50 metros se oía y veía una gran explanada de verde cesped cuidado y mesas de chiringuito dispuestas para comer... pero en nuestro afán campero, comimos al lado de unos robledales...
Tras comer, como no, nos pusimos a andar... la semana previa habíamos andado 3 ó 4 días por el barrio a gran ritmo y las piernas estaban resentidas... comentábamos que no duraríamos mucho este día, pero fuimos avanzando hacia Las Presillas... el aspecto era como de un DisneyWorld de pueblo... niños gritando al lado de un lago artificial con neveras y abuelas sentadas al fresco... abarrotado y super dominguero, no era la idea que yo tenía de campo, pero quedaba la promesa de un más allá puro y salvaje...
Desde Las Presillas sale un camino de tierra para coches que parece una romería de la gente que hay del pueblo... nosotros con los bastones de aluminio desentonábamos un poco, pero fuimos viendo cada vez más gente que había ido a Decathlon y estaba como nosotros equipada.
Comenzamos a ver indicado por carteles la Cascada del Purgatorio, que sólo por el nombre incitaba a visitarla, lo cual nos puso en mente una meta, lo que hacía a la ruta tomar sentido.
moras paramos más de la cuenta.
De pronto el camino se hizo cuesta abajo y al final junto a un río vimos una cerca con toros que parecian muy fieros, o eso es lo que nos pareció a nosotros.
En este punto ya pensabamos que la cascada estaba cerca e ibamos muy animados. Pero aquí comenzó el tramo de dificultad Media-Alta, según nuestra opinión claro está...el camino fue haciendose cada vez mas estrecho y pedregoso hasta llegar a un punto que había que subir prácticamente a gatas.
Las vistas finales merecieron muchisimo la caminata de 16 Km (ida y vuelta) que nos metimos para el cuerpo. La cascada era muy bonita, enterrada entre montañas y con abundante agua.
La vuelta se hizo mucho mas fácil y rápida, cuesta abajo y cogiendo moras para hacer una rica mermelada al llegar a nuestra casa....el resultado mejor no comentarlo.
En resumen un paseo recomendable para endurecer el culo, el inicio de la ruta no es muy bonito pero al final merece la pena ver el torrente de agua de la cascada del purgatorio. Que no sabemos porque se llama así.
En definitiva, un agradable sitio para caminar sin grandes esfuerzos ni temores a perderse en el campo...
